Reforma de piso

Reformar una vivienda de 120 años en pleno barrio Gótico de Barcelona es un proceso delicado en el que resulta interesante salvaguardar elementos de la construcción original. En este caso el color, forma, y textura del pavimento, son los originales parámetros que confieren una necesaria homogeneidad a la intervención.

La unificación de estancias como por ejemplo sumar el recibidor, el salón, la cocina y el comedor en un solo espacio, y la dotación de mayor funcionalidad a las areas de los recorridos históricamente denostadas, como por ejemplo hacer participar al pasillo del estudio, o convertir el distribudor en vestidor, maximiza el aprovechamiento de una vivienda, cuya planta es muy estilizada.

Y para mantener el mencionado protagonismo del pavimento, las estancias y su mobiliario integrado son de color blanco. Los baños, en cambio, programáticamente diferentes, se resuelven mediante un mismo revestimiento continuo de color gris y textura orgánica, que permiten realizar duchas de obra sin juntas y por tanto, perfectamente higiénicas.